martes, 3 de abril de 2012

DIÁLOGOS DE PLATÓN

Critón o del deber

El diálogo comienza con la visita que le hace Critón a Sócrates en la cárcel, puesto que el segundo ha sido condenado a muerte, ya que se le juzgó por haber despreciado a los dioses griegos y de introducir nuevas deidas, pero sobre todo por corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de la democracia
En este diálogo, la cuestión principal es el correcto proceder o no respecto de dicha injusticia. Critón trata de persuadir a su amigo Sócrates de que huya de la cárcel haciéndole ver las razones por las cuales debe de salvaguardar su vida, que van desde su reputación, su familia, la tristeza que sentirían sus amigos, entre otras cosas, además  le dice a que sería fácil que escapara pues contaba con el apoyo económico de sus amigos, tenía influencia en otras ciudades en donde podría refugiarse y claro estaba que le ayudarían a escapar. Por su parte Sócrates,  a través de su conocido método mayéutico analiza los pros y contras de ese proceder haciéndole ver a Critón que sería incongruente de su parte evadirse de la justicia, puesto que pese a que considera que su condena a muerte es injusta, ante todo está su respeto hacia las leyes. Otro punto cuestionado es lo que la sociedad ateniense pensaría de Sócrates si se diera a la fuga.
Finalmente Sócrates decide no huir y aceptar con ello su condena a muerte, demostrando su buen proceder, aunque ello significó su muerte.

Gorgias 

El diálogo inicia con el arribo de Sócrates, Calicles y Querefonte al lugar en que Gorgias acababa de disertar sobre temas muy interesantes. Sócrates hace notar a Querefonte que no han llegado a tiempo para oír dichas reflexiones, pero este último le dice que no se preocupe que él conoce muy bien a Gorgias y que sin duda puede volver a dar su discurso, Calicles le ofrece que lo visite en su casa puesto que ahí se aloja, Sócrates le dice que lo que le interesa es que dicho sofista le conteste ciertas preguntas acerca de su profesión; Calicles dice que sin duda contestará a ello, por tanto Sócrates le encomienda a Querefonte cuestiona a Gorgias sobre cuál es su profesión, al hacerlo interviene Polo disculpándolo debido a que esta muy agotado puesto que acababa de dar una exposición extensa y agotadora.
 Pues bien así se desenvuelve el diálogo entre Querefonte y Polo con el propósito de saber a qué se dedica Gorgias y ya que Polo no ha respondido a ello, de nueva cuenta Sócrates entra  al diálogo cuestionando directamente a Gorgias, y este responde que se dedica a la retórica, es decir que es orador, establecido esto surge otra pregunta que consiste en si es capaz de enseñar a otros a ser oradores a lo cual contesta que sin duda alguna.
Posteriormente Sócrates reta a Gorgias a seguir con este método (la mayeútica), consistente en formular una pregunta y dar una respuesta concisa y breve a lo cual sigue otra pregunta, y este último acepta y se compromete a dar respuestas cortas. 
A lo largo del diálogo surge otro tema importante, puesto que al cuestionar Sócrates a Gorgias sobre el objeto de su estudio este responde que son los discursos, a lo cual refuta Sócrates que muchas otras disciplinas versan sobre estos, Gorgias dice que el objeto son los discursos sobre lo justo y lo injusto y el fin de la retórica es la persuasión.
Más adelante surge otro problema, ya que Gorgias sostiene que si un orador actúa injustamente no debe culparse de ello a la retórica ni a su maestro, pero Sócrates argumenta que si una persona conoce lo justo  siempre va a actuar de esa manera, por tanto, si un orador conoce lo justo es culpa de la retórica su actuar injusto, es aquí en donde Polo interviene diciendo que Gorgias se equivocó al decir que un orador debe  conocer lo justo.
La parte final del diálogo gira en torno a qué mal es mayor, cometer una injusticia o sufrirla, para Polo es peor sufrirla, pero Sócrates le dice que es peor cometerla puesto que el que lo hace sufrirá un castigo y si no lo tiene será peor, ser injusto afecta el alma y este es el peor de los males. Por tanto su interrogante es que si lo mejor para quien comete una injusticia es pagar su pena entonces cuál sería la utilidad de la retórica.
Es claro que Sócrates, quien considera a la retórica como adulación, cree que vivir de ella no conlleva a nada bueno puesto que sólo busca la persuasión. Es mejor para él ser un hombre justo y con ello feliz que vivir de la injusticia sólo satisfaciendo los apetitos banales de una multitud, por lo anterior para él la oratoria política es una actividad no deseable.

Teetetes o de la ciencia

Dicho diálogo comienza con una conversación entre Terpsion y Euclides, ambos recuerdan el diálogo que hacía un tiempo sostuvieron Sócrates y Teetetes, el cual Euclides guardaba por escrito.  En ese  momento el cuerpo de Teetetes es retirado del campo de batalla, ha sido gravemente herido.
El diálogo entre Sócrates y Teetetes gira entorno a la naturaleza de la ciencia. Sócrates cuestiona a Teetetes acerca de si el saber y la ciencia son lo mismo, a lo que responde que sí, ante tal afirmación Sócrates le propone analizar que es la ciencia, y Teetetes responde que es igual a sensación y que es por medio de los sentidos que la percibimos, con esta respuesta Sócrates intenta hacerle ver que los sentidos no son el único medio que tiene el hombre de conocer, reflexionando sobre ello Teetetes dice que es por medio del alma que se conoce por que primero tenemos que saber la esencia del objeto, Sócrates concluye que es por medio de la razón que lo logramos.
Teetetes en su intento de dar una respuesta a lo que es la ciencia afirma que es un juicio verdadero, pero Sócrates refuta su argumento diciendo que si fuese un juicio cada quien tendría una idea distinta de la ciencia; como última respuesta Teetetes complementa su definición diciéndole que es un juicio acompañado de una explicación con lo cual Sócrates no parece conforme.
La conclusión a la que se llega es que la ciencia no es sensación, no es un juicio verdadero ni es un juicio con explicación.



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